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La piratería española en los 80 y el origen de las primeras tiendas de videojuegos.

 Los años 80 en España son conocidos como la era dorada del software lúdico español, lo que no muchos recuerda es que también fue la mejor época para la piratería española. A principios de los 80, con la aparición de los primeros ordenadores domésticos, cómo los Spectrum y los Amstrad, entre otros, también apareció un pequeño mercado de videojuegos para estos, inicialmente estos juegos costaban aproximadamente 2000 pesetas, una cifra muy elevada, pero algunas personas tuvieron una idea "Brillante", de aquella un cassette costaba unas 100 pesetas, por lo que si se compraba un juego, se hacían varias copias de esta y luego se vendían por unas 500 pesetas probablemente se podría sacar mucho dinero y además se podría jugar con dichos juegos.

Muchos pensaran que esta era una idea de bombero por que te podrían denunciar por piratería, pero estamos hablando de una época en la que no existía ninguna ley anti piratería, por lo que hacer esto era completamente legal. Aunque muchos piratas simplemente copiaban el cartucho y lo ponían a la venta, algunos comenzaron a corregir los bugs que pudieran tener estos juegos antes de venderlos, además de quitar los sistemas anti piratería que se encontraban en los juegos, esto hacía que en no pocas ocasiones el juego pirata fuera algo mejor que el juego original en aspecto jugable. La piratería de videojuegos en España llegó a tal nivel que se han encontrado juegos piratas españoles hasta en la unión soviética, donde se pudieron identificar cómo tales ya que muchos piratas dejaban su firma en los juegos cuando solucionaban los problemas de estos.

Durante este tiempo, mucha gente se dedicó a este negocio de la piratería y no pocas personas hicieron mucho dinero, pero nada dura para siempre, el 19 de Julio de 1986 ocurrió lo que algunos del mundillo llamaron "La gran redada", cuando la policía hizo una redada en el rastro de Madrid, incautando cosa de 14.000 cintas piratas y deteniendo a 4 personas relacionadas con el tema, muchos de ellos estudiantes, hubo un juicio, pero quedó archivado ya que se cree que la propia redada no era legal, dejando a parte que todos los relacionados con el tema acordaron declarar que ellos vendían las cintas a cambio de una comisión y que no conocían a quien se las distribuía. Se cree que detrás de todo lo ocurrido estaba ERBE, que tras hacer un estudio de mercado, descubrieron que cuando ellos a pena habían vendido 500 copias del juego Decathlon, gran parte del aproximado millón de usuarios de amstrad tenían el juego, en resumidas cuentas, 9 de cada 10 copias del juego en el mercado eran pirateadas.

Debido a la gran cantidad de copias pirata que habían en el mercado, ERBE decidió hacer un estudio de mercado para ver cómo podían competir contra la piratería, el estudio indicaba que la clave era reducir el precio de venta al público considerablemente, por lo que en cierto momento decidirían bajar el precio de los juegos de 2000 pesetas a 875, para esto, se pasó de publicar los juegos en caja de cartón con manuales y demás a simplemente publicarlos en cajas de cassette como los de música, estando las instrucciones del juego impresas en el reverso de la portada.

A la izquierda el formato antiguo y a la derecha los juegos de 875 pesetas de erbe en caja de cassette estándard

Pero volviendo a los piratas, estas redadas que se atribuyen a ERBE tuvieron un efecto nulo y el mercado de la piratería siguió adelante, por lo que la estrategia que se llevó fue la de convertir a los piratas en un canal de distribución legal, para esto, ERBE reunió a los principales piratas de la época y les dijo que podrían seguir vendiendo en los ratos, pero solo copias originales.

Este movimiento por parte de ERBE fue acertado, los antes piratas pasaron de hacer copias de juegos a simplemente pasar por los almacenes de ERBE y comprar copias originales de juegos descatalogados o poco exitosos por 100 pesetas para poder venderlas al precio que quisieran en los rastros, este negocio salió redondo a ambos lados y tanto ERBE como los antes piratas ganaron mucho dinero. Con el tiempo muchas de las personas relacionadas con el mercado de la piratería acabarían trabajando en el desarrollo o creando sus propias tiendas de videojuegos, cómo One Way, que se acabaría convirtiendo en Centro Mail y finalmente en Game España o TeleJuegos, que en sus últimos años cerraría tras estafar a gran parte de sus clientes.



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